Antes del descubrimiento de América, en lo que hoy es el territorio venezolano, existían aborígenes que vivían de la caza, pesca, recolección y agricultura incipiente. Vivían en aldeas bajo la jefatura de un cacique y con sus costumbres adaptadas al medio natural. Eran aproximadamente 300.000 personas divididas en 25 grupos que se consideraban a sí mismos naciones, con orígenes, dialectos y costumbre diferentes entre ellos. No sabían leer ni escribir y eso hacía que fuera muy difícil la comunicación entre ellos mismos.
En el año de 1498, Cristóbal Colón, quien trabajaba para los Reyes Católicos Fernando de Castilla e Isabel de Aragón, llegó a lo que hoy es Venezuela en tres barcos llamados Vaquiña, Correo y Castilla y, por primera vez, vio nuestra tierra en las costas de lo que hoy es Playa Medina, en el Estado Sucre. Dijo que era la tierra más linda que él había visto y que sus habitantes eran lindos y amistosos.
Después de este primer encuentro vinieron más barcos españoles. Al principio la relación de los españoles con los aborígenes era pacífica pero pronto comenzaron las luchas armadas porque los españoles quisieron imponer su forma de vida e instalarse en lo que los indígenas consideraban sus tierras.
Los españoles vinieron a fundar ciudades, reproducir su cultura y la civilización que habían dejado en España, para después poderse traer a sus familias, pero veían a los indios como seres muy atrasados, prácticamente sin cultura, y se sentían que debían incorporarlos al imperio, haciendo de ellos católicos respetuosos del Rey Carlos V y su descendencia. Los españoles reconocieron a los indios como hijos de Dios y los consideraron niños. Así, pensaron que era su deber hacer que los indígenas conocieran a Dios y a la religión católica, lo que dio gran importancia a la labor de sacerdotes misioneros.
Sin embargo, el sistema era dar enormes cantidades de tierra a un español, para que las pusiera a producir y protegiera a los indios que vivían en ella, les enseñara sus costumbres y la fe católica, generó con frecuencia que abusaran de los indios y los esclavizaran. La situación fue preocupante para la Corona Española, por lo que prohibieron la esclavitud de indios y dictaron una serie de leyes que los protegían.
Algunos indios, no quisieron aceptar ese tratamiento, ni que los trataran de civilizar por la fuerza o les quitaran sus tierras. Comenzó entonces la resistencia armada, atacando a los españoles cada vez que podían: en sus pequeñas ciudades, en las caravanas que formaban para trasladarse, o a los que buscaban oro. Los indígenas atacaban y se defendían violentamente, de todos los españoles, inclusive los sacerdotes y religiosos, pues también los veían como sus enemigos.
Los españoles se fueron estableciendo en pequeñas comunidades. La isla de Cubagua, cerca de Margarita, era muy rica en perlas de gran belleza que se vendían en Europa y adornaban a los nobles europeos. Así, se fue organizando una pequeña ciudad, que en 1528 tomó el nombre de Nueva Cádiz y fue destruida por un huracán o maremoto, y dos años después los piratas franceses quemaron sus restos. En su búsqueda de mejores condiciones de vida y nuevas riquezas, los españoles se fueron estableciendo en lo que hoy es territorio venezolano, que cobró gran importancia como productor de perlas.
La máxima autoridad española que gobernaba estos territorios era la Audiencia de Santo Domingo (en la isla de La Española, descubierta por Colón), en representación del Rey de España. Desde Santo Domingo los españoles enviaron a Gonzalo de Ocampo a Cumaná a castigar a los indios por sus ataques y establecer la paz. Volvieron, entonces los misioneros franciscanos y más conquistadores.
En España, los Reyes Católicos, Fernando e Isabel, tuvieron varios hijos. Le correspondía el trono a su hija Juana, a quien llamaban la loca por su frágil salud mental. Juana la Loca se casó con el príncipe alemán Felipe el Hermoso. Su hijo Carlos heredó de su padre el Imperio Alemán y de su madre, Juana La Loca, España y todas sus tierras de América, formando así un imperio tan grande, que se decía que en él nunca se ponía el sol. Se llamó entonces Carlos I de España y V de Alemania.
Carlos I le debía mucho dinero a unos banqueros alemanes de apellido Welser, que lo habían ayudado a llegar al trono español. Como pago, el Rey le dio a los Welser la gobernación del territorio de Venezuela, quienes se comprometieron a poblar dos ciudades y a construir tres fortalezas. Podían nombrar a los gobernadores, pero éstos debían seguir las leyes del Rey de España. Por incumplimiento de sus obligaciones, el Rey rompió su compromiso con los Welser.
Algunos indios se mezclaron con los españoles, y de esas uniones surgieron personas como Francisco Fajardo, que ayudaron a poblar a América. Otros indios, como Guaicaipuro, lucharon violentamente contra el dominio español. Muchos indígenas aceptaron pacíficamente el cambio, y se establecieron en comunidades donde los misioneros hicieron una gran labor. A medida que los indios eran dominados, los conquistadores se fueron estableciendo por todo el país.
Los conquistadores fundaban ciudades, y distribuían las tierras entre los principales pobladores por medio de Repartimientos y Encomiendas. El español que conseguía una Encomienda tenía derecho a explotar sus terrenos, utilizando el trabajo de los indios que vivían allí. El encomendero se comprometía a proteger a los indios y a enseñarles la religión católica. El sistema se parecía al que había imperado en toda Europa durante la Edad Media: el feudalismo. Los reyes españoles pensaron que esa era la forma más práctica para llevar a América la cultura y la religión. Desgraciadamente con este sistema muchos indios fueron prácticamente esclavizados, a pesar de que la esclavitud de los indios no estaba permitida.
Los primeros esclavos africanos llegaron en el año de 1520, para que trabajaran en las minas y en los campos. En sus lejanas tierras eran cazados como animales o vendidos por sus propios jefes a los traficantes de esclavos, quienes los trasladaban, desde Africa hasta América, en sus barcos. En Venezuela poco a poco los negros africanos fueron sustituyendo a los indios en los trabajos que requerían fuerza y resistencia. Los reyes españoles prohibieron el tráfico de esclavos desde África, pero la esclavitud de los que nacían en el territorio venezolano, continuó.
España fue la madre patria. Muchísimos españoles vinieron a Venezuela para quedarse. Aquí se instalaron, fundaron familias, se organizaron en ciudades y pueblos. Hicieron las ciudades según el modelo español, con su iglesia, sus plazas, su cabildo. Después del triunfo sobre los indígenas, los españoles impusieron su forma de vida. El idioma que se hablaba era el castellano, las leyes que se aplicaban eran las españolas, la gente se vestía a la usanza de España, las casas eran parecidas a las del sur de España. Así como el español se adaptó a su nuevo país, su cultura también se adaptó. Por ejemplo, la lengua castellana adquirió nuevas palabras que le aportaron los indígenas y los negros. El vestido también se adaptó al clima de aquí. Las leyes que aplicó España en América fueron hechas especialmente para el nuevo continente y se llamaron las Leyes de Indias.
Los misioneros de la Iglesia Católica educaron pacíficamente a los indígenas. Y no solamente educaban a los indígenas, sino que también intentaban enseñar a los conquistadores a tratar cristianamente a los indios. Además la Iglesia se ocupaba de la educación. Sus sacerdotes enseñaban no solamente a los indígenas sino también a los descendientes de los conquistadores. Poco a poco la Iglesia fue estableciendo escuelas, y después también seminarios y universidades.
La Compañía de Jesús, fundada por San Ignacio de Loyola, llegó a Venezuela en 1628 y comenzó su labor misionera y educativa hasta que en 1767 fueron expulsados de España y por lo tanto de las colonias, por no obedecer al Rey, como éste quería. Regresaron en 1916 y su labor es, y ha sido, muy importante en Venezuela, especialmente en la educación.
Cuando murió Carlos I, cansado ya de su largo gobierno, en 1556, dividió el reino entre su hermano Fernando y su hijo Felipe II, quien heredó los territorios americanos y España. Fue un monarca que se ocupó mucho de organizar las colonias, expandir el reino y preservar la religión católica en sus posesiones.
Los príncipes y princesas europeas se casaban entre ellos para buscar alianzas y unir sus reinos. Las guerras y rivalidades entre las naciones europeas, como Inglaterra, Francia y España, se reflejaban en sus lejanas colonias. Inglaterra era la enemiga de España por muchas razones: una razón era de tipo religioso, España era un país católico e Inglaterra era un país protestante. Además, Inglaterra empezó a interesarse en el Nuevo Mundo descubierto por Colón gracias a los Reyes Católicos de España. Muchos ingleses se trasladaron al norte del continente americano para fundar pueblos y ciudades donde no pudieran ser perseguidos por sus creencias. Así, muchos de ellos venían huyendo de su país, a diferencia de nuestra colonia, en la que los españoles deseaban continuar el sistema español.
Inglaterra no tenía una marina grande y poderosa, como sí la tenía España. Esta disponía de los enormes barcos que utilizaba para el comercio con sus colonias de América. La reina Isabel I de Inglaterra, quien carecía de grandes barcos, estableció el sistema de utilizar naves piratas para atacar a los españoles. La reina le daba permiso a algunos de sus súbditos para que fueran piratas. Ese permiso se llamaba "patente de corso". Con su patente de corso, los piratas ingleses tenían derecho a atacar a las naves españolas que regresaban cargadas de oro desde las colonias de América, hasta España.
No se contentaban los piratas con atacar a las naves del rey de España, sino que durante mucho tiempo aterrorizaron a los pueblos de la costa de Venezuela, las islas del Caribe, y otros sitios. Venían en sus terribles naves, atacaban las ciudades y los pueblos que estaban cerca del mar, se llevaban sus riquezas y asesinaban a sus habitantes.
Venezuela sufrió muchísimos ataques piratas. Los pueblos y ciudades venezolanos eran pequeños y sin importancia. La corona española estaba muy lejos para poder defenderlos y por eso ellos tuvieron que defenderse solos. Organizaron un sistema de señales, para avisar que venían los barcos y hacia dónde se dirigían. De esa forma los hombres de un pueblo podían ir rápidamente a ayudar a los de otro pueblo cercano, que fuera a ser atacado por los piratas.
Con la conquista de América, España se convirtió en un gran imperio. Los españoles trataron de gobernar desde España todas las tierras que tenían en América, con sus gobernadores, los virreyes y otros funcionarios. Los criollos eran los descendientes de los conquistadores que se quedaron en América y no tenían derecho a gobernar sus propios territorios. Solamente podían participar en el gobierno de su ciudad, a través de los cabildos, eran grupos de vecinos, que se reunían para solucionar sus problemas, en forma similar a las alcaldías actuales.
Venezuela tuvo gran importancia para España en el primer momento de la conquista. Las perlas de Cubagua le daban una gran riqueza. Esta riqueza ayudó en la exploración y conquista de otras regiones de América, más importantes y desarrolladas. Después pasó a un segundo lugar, detrás de países como México y Perú, pues la riqueza de los Mayas, los Aztecas y los Incas les dio a esos países una gran importancia para el imperio español. Venezuela fue una colonia tranquila que vivía de la agricultura y del comercio.
Muchos años después, ya casi al final de la colonia, Venezuela recobró su importancia para España, por el agotamiento de las riquezas indígenas y porque en ese momento, en Venezuela se producía el mejor cacao del mundo.
El imperio español, que surgió con el descubrimiento de América, fue haciéndose uno de los más importantes del mundo, pero los reyes de España fueron cada vez menos competentes y trabajadores y el oro de América ya no alcanzaba para mantener el enorme imperio funcionando. Comenzaron a endeudarse y administraron mal sus ingresos y todo el imperio se empobreció.
Por todas esas razones, ante la incapacidad de España de resolver sus problemas, los gobiernos locales de América fueron adquiriendo importancia, y tomando sus propias decisiones. Mientras, los enemigos de España, especialmente los ingleses y franceses, se hicieron más poderosos y fuertes.
Cien años después de que Colón descubriera América, Inglaterra también empezó a colonizar el nuevo mundo. La colonización inglesa fue totalmente diferente a la española. Los conquistadores españoles se mezclaron con los indios, y después con los negros. Los ingleses no. Desde el primer momento los ingleses viajaron con sus familias, y se instalaron en pequeños pueblos y ciudades. Los ingleses se fueron apoderando de todo el territorio, sin unirse a los indios, y en algunos sitios utilizando el trabajo de los esclavos negros. Pero nunca se mezclaron.
Esa vida colonial dirigida desde Inglaterra duró doscientos años. Pero ya los americanos empezaban a sentirse capaces de gobernarse a sí mismos. Desde Francia venían ideas de libertad, escritas por las personas que estaban planificando la Revolución Francesa.
Lo más importante que lograron los americanos con su independencia fue establecer una forma de gobierno democrático y republicano. Es muy interesante darse cuenta de que la Independencia de los Estados Unidos, y la formación de ese gobierno democrático, ocurrió antes de la Revolución Francesa.
La mayor parte de los países de Europa, para mediados de 1700, estaban gobernados por reyes muy poderosos, quienes con sus nobles disfrutaban de una vida cómoda, lujosa y desperdiciadora. Ellos tenían todos los privilegios, mientras que los burgueses (habitantes de las ciudades) y los campesinos llevaban una vida difícil, pagando enormes impuestos que servían para mantener los lujos de unos nobles ociosos y las guerras de los reyes.
Inglaterra había tenido una revolución, 100 años antes. Los reyes y nobles posteriores le reconocieron sus derechos a los burgueses y campesinos, y la situación de éstos mejoró.
En Francia el poder del rey Luis XVI era absoluto, los nobles eran ociosos, desordenados y desperdiciadores; y el pueblo estaba hambriento por las constantes guerras y los terribles impuestos. El pueblo francés se rebeló, y el 14 de julio de 1789 entró en la Prisión de la Bastilla, donde estaban encarcelados los enemigos del rey, y los liberó a todos. Se hizo la Declaración de los Derechos del Hombre, declarando la libertad, la igualdad y la fraternidad entre todos los hombres. Los revolucionarios no se limitaron a tratar de establecer un gobierno justo, sino que decidieron acabar totalmente con la nobleza francesa, y para los persiguieron y asesinaron, cortándoles las cabezas en un aparato llamado guillotina. Después los revolucionarios comenzaron a atacar a sus propios dirigentes y muchos de ellos murieron también en la guillotina.
Fue una época de gran desorden, en la cual los otros países de Europa le declararon la guerra a Francia, espantados por lo que estaba sucediendo allí. La nueva república francesa se defendió como pudo contra estos ataques. Uno de sus más valientes militares era un hombre llamado Napoleón Bonaparte.
Napoleón regresa a Francia, después de vencer a sus enemigos, y encuentra un país destrozado por los mismos franceses. Decide tomar el poder, que había quedado vacío por la muerte del Rey y de muchos nobles y restablecer el orden. Se corona emperador y moderniza el estado francés que se organizan las leyes. Los otros grandes países europeos, como España, Inglaterra y Rusia, le declaran la guerra a Napoleón, pero éste los va venciendo uno tras otro. Derrota a España y trata de imponer como rey a su hermano José Bonaparte, en lugar del rey Fernando VII.
Napoleón y sus ejércitos se fueron a atacar a Rusia, arrasando con todo lo que encontraron por el camino. Pero el invierno ruso es terrible: hielo, nieve, viento, oscuridad y frío. El invierno retrasó a Napoleón y finalmente fue derrotado. Cuando Napoleón llegó a Moscú, con sus soldados muertos de hambre y frío, pensando que las riquezas de la capital rusa los iban a socorrer, se encontró una ciudad vacía y quemada. Los rusos habían incendiado a Moscú para que Napoleón no encontrara ni calor ni alimentos. Napoleón se devolvió, derrotado, con su ejército destrozado.
El 19 de abril de 1810 en Caracas se dio el primer paso para la independencia de Venezuela, cuando el Cabildo declara su fidelidad al Rey Fernando VII, y desconoce a José Bonaparte, hermano de Napoleón, como su gobernante. El 5 de julio de 1811 el Congreso de Venezuela declaró la Independencia de España.
Al principio los españoles no le dieron mucha importancia a esta declaración porque les pareció que era una pequeña desobediencia al Rey Fernando VII y ellos estaban muy ocupados reorganizando el gobierno por los problemas que había causado Napoleón. Ese primer gobierno que se declaró en Venezuela tuvo como jefe militar a Miranda y por Presidente a un grupo de tres personas que se alternaban en el poder.
Ese primer gobierno de venezolanos, es atacado por los realistas que se encontraban en Venezuela y, después de varios enfrentamientos cae la Primera República un año después. Surgía Simón Bolívar como líder de la Independencia.
Los patriotas liderizados por Bolívar sí estaban convencidos de que debíamos independizarnos de España. Comienza así un nuevo intento que termina al año siguiente con la pérdida de la Segunda República. Los líderes patriotas salen al exilio y organizan nuevamente la reconquista del territorio.
En 1819, Bolívar en el Discurso de Angostura, declara una nueva República, que nunca se ha perdido. Pero no es sino hasta 1821, con la Batalla de Carabobo que se logra liberar al territorio venezolano de los ejércitos partidarios del Rey de España, lográndose así la Independencia de Venezuela.
A partir de entonces, formamos parte de Colombia hasta 1830. Bolívar, con los ejércitos libertadores, independizaron a toda América del Sur. En 1830 Bolívar muere y Venezuela se separa de la Gran Colombia.
Comienza entonces el verdadero reto de la formación de Venezuela como país, ya que por primera vez los venezolanos estábamos en la capacidad de formar nuestro propio gobierno. Los primeros gobernantes fueron los jefes y líderes que se habían destacado en la Independencia: Páez, Soublette, Vargas - quien siendo civil, médico, y no militar, tuvo una destacada actuación en las reformas educativas realizadas - los hermanos Monagas, etc. Estos hombres trataron de hacer las primeras instituciones democráticas, a través de la elección indirecta de los gobernantes y la división del poder público.
La situación económica de Venezuela era precaria y así mismo habían muchos problemas de liderazgo. Muchos hombres importantes no comprendían qué es un proceso republicano y democrático. La situación se hizo insostenible y comenzó una de las guerras civiles más tristes de la Historia: La Guerra Federal. En ella, Venezuela entera se destruyó por la anarquía. Surgen entonces los gobiernos liberales y las dictaduras de Guzmán Blanco, quien pacificó momentáneamente al país. A finales del siglo XIX, comienza a gobernar un grupo distinto, liderado por Castro, seguido por la dictadura de Juan Vicente Gómez.
A la muerte de Gómez, se inicia un largo camino para lograr gobiernos democráticos, que se basen en las elecciones libres de nuestros gobernantes, que el poder no esté concentrado en una sola persona y que se respeten y garanticen los derechos humanos. El primero de estos esfuerzos lo encabeza el General Eleazar López Contreras.
Ese camino democrático, en el que se respeten los derechos humanos y se garantice el desarrollo de la persona, que comenzó cuando nos independizamos de España, le ha costado a los venezolanos muchas vidas y muchos problemas. Venezuela hoy es un país democrático por el cual debemos luchar, conservar, cuidar y querer..